domingo, 4 de marzo de 2007

¿Y los padres homeschoolers?

Hace unas entradas te hablaba de los niños educados en familia (homeschoolers) y te decía que eran niños completamente normales, pero...¿qué hay de los padres? Pues mira, los padres igual no somos tan normales.

Hace falta ser diferente para luchar contra corriente de este modo. Los padres homeschoolers, en provecho de la educación de nuestros hijos, renunciamos a casi todo aquello que más valora la sociedad actual: Buen nivel económico, trabajo, estatus social... Nosotros no invertimos en segundas viviendas, ni en coches de lujo. Habitualmente nos vemos obligados a cambiar de residencia buscando una menos costosa, o a conducir el mismo coche hasta que ya no queda más remedio que desguazarlo. Vivir de forma austera también es una forma de educar a nuestros hijos, nacidos en la era del consumismo desproporcionado. Aprender que se puede vivir sin excesos materiales es una importante lección. Y nosotros mismos hemos aprendido que tener lujos no nos hace más felices, lo que realmente te llena es tu familia y el cariño de los tuyos, pasar mucho tiempo con tus hijos y no llegar a casa a las diez de la noche, cuando los niños ya duermen, y sentir que te estás perdiendo la vida del ser más importante del universo.

La parte complicada de la educación en familia es que un adulto ha de permanecer siempre con los niños. Unos padres compaginan turnos de trabajo, otros optan por reducciones de jornada, y muchos otros renunciamos a nuestro puesto de trabajo y sólo uno de los dos permanece en el mercado laboral. Este último es nuestro caso. Soy yo, Yolanda, la madre, la que dejé de trabajar para convertirme en mamá "full-time", y no me arrepiento de ello.

Pensamos que la sociedad nos impone un ritmo frenético del que pocos somos capaces de apearnos. Vales tanto como produces y cada vez necesitamos pasar más horas trabajando para poder llevar el mismo nivel de vida que los vecinos. Mientras tanto, los niños pasan casi todo el día en los colegios, alargando la jornada lectiva con actividades extraescolares para mantenerlos ocupados mientras los padres trabajan. Y al final ¿para qué? Para que cuando lleguen a la adolescencia te des cuenta de que ya han crecido y te lo has perdido todo. Entonces nos molestará que ya no quieran pasar tiempo con nosotros y hablaremos de lo complicada que es la adolescencia, sin querer reconocer el poco tiempo que nosotros les dedicamos cuando ellos lo necesitaban.

Se está creando un gran abanico de posibilidades para “aparcar” a los niños: ludotecas, centros de tiempo libre, escuelas de verano, colonias urbanas, guarderías, educación infantil... Lo peor de todo no es que se ofrezcan estos servicios, sino que los padres llevan a sus hijos, convencidos de que eso es lo mejor para los niños. Ya lo dice el pediatra Carlos González: “La capacidad del ser humano para engañarse a sí mismo parece ser aún mayor que su capacidad para dejarse engañar por otros”. Y cuantas más puertas de este tipo se abren, más se le cierran a la familia. ¿Qué lugar está ocupando la familia en esta sociedad?

Nosotros hemos optado por vivir con menos cosas materiales y dedicarnos a nuestros hijos, formar una familia unida y con buena comunicación y no delegar en terceros, aspectos de su educación que creemos que nos corresponden.
Nuestros hijos deben formarse y crecer con nuestros valores, no con los de sus profesores, por muy buenos que estos sean.

¿Cómo se llega a ser homeschooler? Principalmente, después de muchas horas de reflexión. Desescolarizar a un niño es una responsabilidad muy grande, pero también lo es permitir que siga en un sistema educativo en el que no encaja. Alguna vez nos han preguntado si somos conscientes de todo lo que privamos a nuestros niños. Yo respondo que si ellos se dan cuenta de lo que también privan a los suyos. ¿Cuántos niños van contentos al colegio? ¿Cuántos creen que quedarían en las aulas si se les ofreciese la posibilidad de estudiar en casa? ¿Cuántos querrían pasar más tiempo en familia?

Los homeschoolers no somos utópicos, ni hacemos proselitismo. Entendemos que la nuestra nunca será una opción válida para la mayoría, pero creemos firmemente que, en este preciso momento, es la mejor opción para nuestros hijos.

2 comentarios:

izu dijo...

Hola Yolanda!
Vivo en Japon y tengo un pequeñin de 4 años y medio. Como mi marido y yo somos medio extrangeros (y medio japoneses los dos) decidimos que llevariamos a nuestro hijo a la escuela internacional donde, ademas, trabajamos a tiempo parcial. Pero va pasando el tiempo y no matriculo a mi hijo. Cada mes que pasa lo pasamos genial aprendiendo del dia a dia, sin necesidad de meterlo en ninguna escuela. Nuestro hijo esta super sano, feliz, lee, escribe (bueno, a veces no se entiende nada), es super sociable con otros niños y con adultos... vamos, que es un niño normal y corriente. Asi que, si todo sigue igual de bien, pienso continuar viviendo asi, supongo que es lo que se diria "educar en casa".
Me encanta tu blog, animo!!!
izumi.

Anónimo dijo...

Hola Yolanda:
Soy mamá desde hace casi 18 meses, y estoy encantada de dedicarme a la maternidad en exclusiva. Me costó decidirme a apearme del frenético ajetreo del trabajo (y de la sociedad en general, porque pocos lo han comprendido) pero como tú bien dices, sé que esto es lo mejor que podría haber hecho por mi pequeña y por su papá y yo. Nos hemos convertido en una familia bastante más pobre que antes, pero más felices que nunca. Y ya desde hace unos meses nos venimos preguntando cual es el mejor cole para nuestra pequeña hija, y por supuesto no encontramos ninguno que nos ofrezca más que la certeza de que perderá mucho de los valores que tenemos en casa y queremos para ella, conviviendo tanto tiempo con la educación que la mayoría de los padres dan a sus hijos. Nos encantaría ser homeschoolers pero nos da un miedo terrible, porque tenemos a todo nuestro círculo social en contra y porque nos falta la seguridad de que podremos ofrecerle todo lo que ella desee intelectualmente. Pero sabemos que sería lo mejor dentro de nuestros valores.
Un beso y encantada con poder mirar tu blog.
Una mami de ibiza.